Cuando era pequeño, se escuchaba por aquellas radios antiguas de válvulas una famosa canción dedicada al bacalao, durante los inviernos, sentado en una mesa camilla y metiendo las piernas bajo los faldones, al calor del brasero.
Sus dos primeras estrofas decían:
“Ayer cené, cené
patatas con bacalao
Ayer cené, cené
patatas con bacalao …”.
Viene a cuento esta escena por la receta que me ha facilitado mi prima Celia Victoria Blanco. Que pongo aquí con todos los detalles:
En primer lugar, se pone en remojo el bacalao durante 48 horas, cambiando el agua cada 8.
Ingredientes:
***bacalao en trozos con piel
***aceite de oliva
***pimentón dulce
***patatas
***una hoja de laurel, cebolla, ajos y vinagre.
Preparación:
Pelamos patatas y las cortamos en formas de cachelos (como se hace en Galicia), se ponen en una cacerola, se le añade una capa fina de cebolla (cortada en juliana), encima los trozos de bacalao, se cubre de agua ( añadimos la sal casi al final de la cocción) y cuando se vea que ya está cocida la patata, escurrimos todo el conjunto y apartamos ¼ litro, de esa misma agua de cocer, para añadir al rehogado o salteado.
Hacemos el salteado poniendo en una sartén, aceite y ajos pelados, a fuego medio para que no se quemen, apartamos la sartén y añadimos pimentón dulce ( 1 cucharada + - ) y un buen chorro de vinagre. Añadimos el agua de cocción, que teníamos apartada, revolvemos bien y volcamos el contenido de la sartén sobre la cacerola donde estaban las patatas y el bacalao, damos un hervor y ... ya está.
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Esta comida se solía dar a los trabajadores que ayudaban en la “malla” o trilla del trigo o avena, en Galicia, y a los segadores.