domingo, enero 30, 2011

El Barón Rojo

Manfred Albrecht Freiherr von Richthofen, militar y aviador alemán (Breslavia, Imperio alemán, 2 de mayo de 1892 – Vaux-sur-Somme, Francia, 21 de abril de 1918), más conocido como el «Barón Rojo», fue un piloto que consiguió derribar ochenta aeroplanos enemigos durante la Primera Guerra Mundial antes de ser abatido en la mañana del 21 de abril de 1918 cerca del río Somme, en el norte de Francia.
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Héroe de los alemanes y respetado por sus enemigos durante la Primera Guerra Mundial, permitía escapar a sus víctimas malheridas. Su unidad fue responsable del derribo de 151 aviones británicos, contra 66 de los propios, durante el mes de abril de 1917. Por ello recibió la medalla Pour le Mérite.
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Sus aviones, el caza biplano Albatros D.II y luego el triplano Fokker Dr.I, le permitían una amplia capacidad de maniobras y piruetas. Sin embargo, la mayoría de sus victorias en combates aéreos las consiguió en un avión tipo Albatros.
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Fue enterrado con todos los honores militares por los mismos británicos, quienes salieron a rendirle tributo. Su ataúd -cubierto de flores como ofrenda - fue llevado a hombros por seis miembros del escuadrón 209. En el momento del entierro, soldados australianos presentaron armas y lanzaron tres salvas en su honor. En su lápida, que se encuentra en el mismo lugar donde cayó, se puede leer en su epitafio: "Aquí yace un valiente, un noble adversario y un verdadero hombre de honor. Que descanse en paz."
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Aquí se pueden ver varias escenas de la película El barón rojo (The Red Baron) (2008) Basada en hechos reales, narra la rivalidad en los enfrentamientos aéreos durante la I Guerra Mundial entre 2 prestigiosos pilotos enemigos: el barón alemán Von Richthofen y el inglés Brown.

Fuentes: Wikipedia

jueves, enero 27, 2011

El origen de la palabra "gilipollas"

En Madrid hay una calle llamada de Gil Imón, haciendo de travesaño entre el Paseo Imperial y la Ronda de Segovia. Es una calle dedicada al que fue alcalde de la capital, D. Gil Imón, por los tiempos de doña Mariquita de mi corazón, cuando el duque de Osuna organizaba sus célebres bailes, a los que acudía la crema social, para poner en el escaparate familiar a lindas damitas de la buena sociedad, como oferta casadera, las cuales acudían ataviadas con su miriñaque de fino muaré. A las damitas de entonces se les aplicaba el apelativo de "pollas", que en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) llevan, como sexta acepción, figurada y familiarmente, el significado de jovencitas, algo que hoy se ignora, por amor del lenguaje, que en la actualidad se ha vuelto recio y tosco: la polla de entonces es la "tía" de ahora y las mentes malévolas sustituyen el significado antiguo por otro de morbosas connotaciones.



El tal Don Gil era un personaje de relieve (la prueba está en que tiene dedicada una calle) y su nombre aparecía frecuentemente en los ecos de sociedad de las revistas del corazón de la época. El hombre, después de atender a los acuciantes problemas que su cargo de alcalde comportaba, se sentía obligado a responsabilizarse de sus deberes familiares, como buen padre. Tenía dos hijas en edad de merecer, feillas ellas, no muy sobradas de gracejo, y hasta un poquito tontuelas. Y se hacía acompañar por ellas a todos aquellos sitios a los que, invitado como primera autoridad municipal, tenía que acudir. Él, en su fuero interno, acudía no como primera autoridad municipal, sino como primera autoridad familiar.

Tras la imponencia de unos bigotes municipales, se ocultaba un corazón de padre.

-¿Ha llegado ya D. Gil?

-Sí, ya ha llegado D. Gil y, como siempre, viene acompañado de sus pollas.

D. Gil departía animadamente con los próceres de la actualidad, y, mientras tanto, sus pollitas iban a ocupar algún asiento que descubrieran desocupado, a esperar a que algún pollo - en masculino solía aderezarse con pera:"pollo-pera" - se les acercase, cosa siempre poco probable. Pocas veces había alguien que les dijera "hazte p'allá", que diría un castizo. La situación, una y otra vez repetida, dio lugar a la asociación mental de tontuelidad con D. Gil y sus pollas.

Al tonto, a secas, podía llamársele: bambarria, menguado, zampatortas, chirrichote, rudo, zamacuco, papanatas, tolondro, ciruelo, zote, mamacallos, mameluco, majadero, zopenco, mastuerzo, borrico, tonto, necio, obtuso, imbécil, mentecato, idiota, torpe, lelo (Sinónimos del Diccionario Ideológico de Casares). Pero ¿cómo describir esa circunstancia tan compleja de tontuelidad inconsciente? Decía padre Ramón que el que es tonto y lo sabe no es tonto del tó. Los imaginativos y bien humorados madrileños lo tuvieron fácil: para expresar la idea de tontuelo, tontaina, tontucio, tontuelidad integral e inconsciente (lo de con malicia o sin malicia es otra cuestión; con el tiempo, habrá de todo) ¡Ya está!: Gil ( D.Gil ) y-pollas (las dos jovencitas hijas suyas) = gil-i-pollas. Y cundió la especie por "el todo Madrid", que compuso esta palabra especial, castiza, nacida en la Capital del Reino y, puesta en circulación con el marchamo del Oso y el Madroño, siendo después exportada al resto de España, y ganándose a pulso el derecho de entrar en la Real Academia Española.
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Recibido por e-mail

miércoles, enero 19, 2011

ROCKEROS en MALLORCA

A veces te encuentras sorpresas en algunos bares de copas. Como le pasó a mi hermano Manolo este pasado verano cuando estaba por allí de vacaciones. Había un desconocido grupo de rock&roll interpretando la antigua canción “Lola” de los Kinks. Nada que envidiar a la versión original aunque iban a un ritmo un poco acelerado.
Este es el momento captado por un oportuno teléfono móvil con capacidad para tomar vídeos.

sábado, enero 08, 2011

SÓLO UN SENCILLO POEMA DE AMOR

Ilustre Dama, musa eterna:

Permite que este humilde servidor

te envíe un sencillo poema de amor.

Perdona mi atrevimiento

pero tengo que decírtelo:

Este hombrecillo, sin oficio ni beneficio

quedó prendado de ti

desde el primer instante en que te conocí.

Sé que tú no sientes lo mismo

y sé también, que si te solicitara

en sutil requiebro amoroso

me darías calabazas.

Porque tú eres insistente repartidora

de tan sencillos productos de la tierra,

por lo que intuyo que tendrás

intereses agropecuarios

en la fértil huerta de Murcia.



No puedo aspirar a que me ames.

Soy realista. Hay mucha competencia.

Mas, no me importa.

Me basta con amarte platónicamente.

Serás la musa eterna de mis sueños

y por ninguna otra dama, ni antes ni después

de aquel primer instante,

podría sentir lo mismo,

porque para ello

tendría que ser igual que tú.

Y tú, Ilustre Dama, eres única e irrepetible.

Por eso te envío este poema salido del corazón.

Si a ti te hace ilusión recibirlo,

A mí también mandártelo.

Aunque sólo sea

un sencillo poema de amor.