De cuando tocaba la gaita en el balcón de mi casa allá por los años 80, con gran cabreo de los vecinos, por cierto. Buscando en el baúl de los recuerdos encontré este sonido rescatado desde una cinta de cassette grabada en aquella época, cuando aún no existían los ordenadores. Se nota que me falta un poco de “fuelle” al soplar. Es que para tocar la gaita hay que tener 20 años menos y no fumar.
Fue un regalo de mi primo Pepe Iglesias Blanco, cura párroco de Trabancas (Lalín, Pontevedra), que en paz descanse. Me la regaló a condición de que aprendiese a tocarla, Creo que en parte cumplí con su deseo lo mejor que he podido
Van: "A muiñeira do Molete", “Jota de Lalín” y "O galopín”